Es cierto e innegable que el uso cotidiano de las nuevas tecnologías nos facilita la vida. Sin embargo, si nos excedemos podemos sufrir consecuencias negativas tanto físicas como mentales.
Riesgos para nuestra salud física y mental
Existen diferentes consecuencias negativas que derivan de un excesivo uso de la tecnología. A nivel psicológico, nuestro sistema nervioso se ve alterado por el uso continuado de los aparatos tecnológicos como el teléfono móvil o las tablets. A continuación nos vamos a centrar en los efectos secundarios a nivel físico, y en aprender a evitarlos o tratarlos para poner una solución.
Aunque es cierto que el Smartphone no tiene por qué ser el causante directo, sí es un desencadenante de muchas lesiones relacionadas sobre todo con el aparato locomotor. Un aspecto fundamental a tener en cuenta es la postura corporal que adoptamos al utilizar este tipo de dispositivos.
Dolor y rigidez en las manos y los dedos
Si pasamos demasiadas horas al día utilizando nuestro teléfono móvil puede traernos malas consecuencias. Una de ellas es sentir dolor y rigidez en los dedos y en las manos, es muy probable que lleguemos incluso sentir un cosquilleo u hormigueo. Esto sucede porque la musculatura de nuestra mano se resiente ante tantas horas y minutos pulsando teclas del teléfono.
Dolor de cuello
Notar sensación de sobrecarga y tensión en la zona de los hombros y el cuello también es una de las consecuencias habituales. El origen es la sobrecarga de la musculatura de estas zonas debido a la postura forzada que adoptamos al pasar excesivo tiempo con nuestro teléfono móvil o tablet. Sobre todo los trapecios y la escápula sufren sobrecarga, lo cual nos provoca un fuerte dolor. El tronco y la comuna vertebral también sufren y pierden musculatura que estabiliza este sistema, pudiendo provocar pérdida de control motor.
Dolores de cabeza
Otra de las consecuencias derivadas de las posiciones inadecuadas del abuso de móviles, tablets o portátiles es sufrir dolores de cabeza o incluso sensación de mareo. Esto sucede debido a la contracción de los suboccipitales (los músculos que facilitan nuestros movimientos de cabeza) durante un tiempo prolongado, al estar mirando la pantalla de los dispositivos.
Además, la postura prolongada también puede provocar presión en oídos y globos oculares.
Consecuencias sobre la columna vertebral
El ritmo de vida de alto estrés, el sedentarismo excesivo y la falta de actividad física suponen un cóctel explosivo para nuestro organismo. Si sumamos además la posición forzada que adoptamos al utilizar nuestros dispositivos tecnológicos, nuestra columna cervical sufrirá alteraciones provocando inestabilidad y rigidez en zonas concretas de la columna vertebral.